Mientras escribo estas líneas, tengo el "placer" de estar viendo La Caja, el nuevo formato de Telecinco para la franja horaria de la "madrugada temprana".
Desde la web www.lacajaroja.es (se ve que compraron el dominio antes de tener el nombre definitivo), lo presentan así:
LA CAJA es el primer reality psicológico del mundo. Una persona vive una sesión de terapia psicológica personalizada en el más increíble de los escenarios: UNA CAJA GIGANTE. Sentado en una butaca, el paciente recibe una descarga de estímulos audiovisuales que impactan directamente en su cerebro. Se experimenta con el miedo, el amor, la rabia, la alegría y el dolor. La reacción es inmediata, en apenas 1 minuto.
Y la cosa sigue. El caso es que el show, de la productora "La Fábrica de la Tele" (La Noria, entre otros), por el momento me está pareciendo que va de carnaza, eso de lo que últimamente tira tanto la cadena de Mediaset. Sólo hay que medir en porcentaje el tiempo de programa que dedican a cada uno de los 'pacientes-invitados', Javier, padre, abuelo y suegro de víctimas del accidente de Spanair se está llevando la palma. Una pena que, de algo que han vendido (y mucho) como un formato interesante y el primer programa psicológico, se esté aprovechando como siempre la puñetera función catártica de "anda, hay gente que está peor que yo".
Es más que posible que no lo vaya a volver a ver. Del programa de hoy puedo decir: Una chica maltratada que ha intentado suicidarse varias veces, una mujer con fobia a las cucarachas que se desnuda en cuanto ve una, y este pobre señor del accidente de avión. Eso de momento, porque previos a cada pausa publicitaria, hay unos cuantos cebos de gente chillando "ay, no, por favor", mientras se ve el rótulo "tras la publicidad"... Vergüenza de televisión, vergüenza...
Desde la web www.lacajaroja.es (se ve que compraron el dominio antes de tener el nombre definitivo), lo presentan así:
LA CAJA es el primer reality psicológico del mundo. Una persona vive una sesión de terapia psicológica personalizada en el más increíble de los escenarios: UNA CAJA GIGANTE. Sentado en una butaca, el paciente recibe una descarga de estímulos audiovisuales que impactan directamente en su cerebro. Se experimenta con el miedo, el amor, la rabia, la alegría y el dolor. La reacción es inmediata, en apenas 1 minuto.
Y la cosa sigue. El caso es que el show, de la productora "La Fábrica de la Tele" (La Noria, entre otros), por el momento me está pareciendo que va de carnaza, eso de lo que últimamente tira tanto la cadena de Mediaset. Sólo hay que medir en porcentaje el tiempo de programa que dedican a cada uno de los 'pacientes-invitados', Javier, padre, abuelo y suegro de víctimas del accidente de Spanair se está llevando la palma. Una pena que, de algo que han vendido (y mucho) como un formato interesante y el primer programa psicológico, se esté aprovechando como siempre la puñetera función catártica de "anda, hay gente que está peor que yo".
Es más que posible que no lo vaya a volver a ver. Del programa de hoy puedo decir: Una chica maltratada que ha intentado suicidarse varias veces, una mujer con fobia a las cucarachas que se desnuda en cuanto ve una, y este pobre señor del accidente de avión. Eso de momento, porque previos a cada pausa publicitaria, hay unos cuantos cebos de gente chillando "ay, no, por favor", mientras se ve el rótulo "tras la publicidad"... Vergüenza de televisión, vergüenza...